La prensa está al acecho, espera al entrenador. Y el hombre, como quien está en una nube de felicidad expectante, encara hacia esas agujas llamadas micrófonos con total naturalidad. Héctor Rivoira está en su momento zen. “Por ahora estoy tranquilo, bien. No creo que esté igual en el clásico ni con Crucero, ja”. Está claro, entonces, que la hora de la verdad para el DT y sus dirigidos en Atlético comenzará, primero, mañana con la revancha a San Martín, en el Monumental, desde las 16.30, y después por la fecha 1 del Torneo de Transición ante Crucero del Norte en 25 y Chile, el domingo 3 de agosto, a las 17.
Ante los de La Ciudadela será la despedida de los amistosos de pretemporada del “decano”. No habrá más rivales ni bancos de pruebas para un DT que aún no cerró en su cabeza cómo formará su equipo cuando sea momento de ir por la gloria y por los puntos. “No importan el dibujo o sistema, no me importa eso. Me importa cómo se ataque, en dónde, si más adelante o más atrás”.
En ese aspecto, “Chulo” recalca esa idea de ubicar a cuatro zagueros centrales en su defensa. “Estamos viendo -aclara-. Ganamos en algunas cosas, perdemos en otras, pero creo que el saldo es positivo. Lo veremos en este partido”, prosigue y destaca que todavía no está la formación ideal. “La voy a confirmar el día del partido”, se excusa pero anticipa que si hay una variante, esa será atrás.
Lo que tentó al entrenador en buscar cerrar el territorio de Cristian Lucchetti es que de los seis futbolistas que quedan de mitad de cancha hacia adelante, sólo Pablo Garnier y, hasta cierto punto, Gastón Giménez son los que entienden la función de marcar al contrario. El resto improvisa y acompaña pero lo suyo es demoler. “Por eso equilibramos un poco atrás. Liberamos mucho más a los que tienen buen pie, como ‘Gurí’ (García), el ‘Pulga’, (Jonathan) Gómez, el propio Giménez. Vamos a ver qué hacemos”, agrega el técnico “decano” sabiendo que ante el “santo” es el momento de probar y sacarse dudas sin descuidar la copa “Pálpitos 24 horas”.
“Estamos probando, esta es la prueba final. Acá hay que sacar conclusiones para lo que viene. Tenemos un clásico y lo queremos ganar, por nosotros y sobre todo por la gente que es la que lo disfruta. Pero también hay que sacar las conclusiones del caso. Que los amistosos que jugamos y todo lo que trabajamos nos sirva para no fallar en el arranque del torneo”, el mensaje de Rivoira es clarísimo.
Por eso anticipa que concentrará a 20 futbolistas y que los que no tengan lugar en esa grilla no se quedarán de brazos cruzados. San Jorge volverá a ser su oponente en el complejo hoy, desde las 10.30.
Con su esposa cerca, Rivoira declaró que es su cable a tierra. “Ella no es de ir a la cancha. Sufre demasiado”, confía sobre su media naranja, la que lo tiene que aguantar en todas las circunstancias. “Si voy alegre, capaz que está contenta, y si voy triste, se complica, ja”.